El universo Marvel está poblado de científicos cuyas capacidades desafían los límites de lo posible. Muchos de ellos forman parte del bando de los héroes, como Reed Richards o Tony Stark, mientras que otros son extremadamente malvados como el Doctor Muerte o nuestro villano de hoy, el doctor Arnim Zola.
Nacido en Suiza, a principios del siglo 20, fue un niño prodigio que estudió en las mejores escuelas europeas. En 1928 acudió a una conferencia sobre genética en la que coincidió con nombres que también nos son conocidos como Jonathan Drew, el padre de Jessica Drew – Spiderwoman, y Herbert Wyndham, que más adelante se convertiría en el Alto Evolucionador. Probablemente el primer ingeniero genético humano de la historia, Zola basó su trabajo en documentos de la antigua raza conocida como los Desviantes y fue ayudado por un par de inhumanos.
Alguien como él, con su pasión por la genética y una absoluta carencia de escrúpulos, en Europa y en aquella época, encontró a sus almas gemelas en el seno del partido nazi que pasaría a financiar sus investigaciones para crear una raza suprema.

Durante la segunda guerra mundial, Zola trabajó mano a mano junto a otro científico nazi, el barón Heinrich Zemo, con el que desarrolló androides capaces de cambiar de tamaño. También obtuvo el ADN de diferentes miembros de los Invasores, el grupo de superhéroes formado por el Capitán América, Namor, La Antorcha Humana, Bucky y Toro, con el que intentó crear sus propios super hombres.
Pero si destacó por algo, fue por la elaboración de un proceso que permitía transferir la mente de una persona a un cuerpo clonado. Más adelante tendría una gran importancia.
Finalmente, su historia daría un giro radical con uno de sus crímenes de guerra más famosos. Habiendo convertido a los habitantes de un pueblo de los Países Bajos en monstruos que tuvieron que ser asesinados por los Invasores, para salvarse a sí mismo, Zola tuvo que transferir su mente a un cuerpo robótico, con lo que adquirió la forma por la que sería más conocido después.
Zemo no fue el único en beneficiarse del trabajo de Zola. A Cráneo Rojo le proporcionó una píldora con la que ponerse en animación suspendida y al mismísimo Adolf Hitler le proporcionó el proceso de transferencia a clones, lo que le permitiría sobrevivir al final de la segunda guerra mundial y adoptar la identidad del Aborrecedor.
Una vez terminada la guerra, con la derrota de los nazis, Cráneo Rojo continuó financiando los experimentos de Zola, que a cambio le proporcionó algunos secuaces monstruosos que le ayudarían en batallas contra el Capitán América.

Manteniéndose en las sombras a lo largo de los años, con acciones de poca monta,
no resurgió hasta que Onslaught, la entidad psiónica surgida de la fusión de Charles Xavier y Magneto, sembró la destrucción a su paso. Aprovechando el caos resultante,
Zola secuestró a gran cantidad de niños con los que experimentó, una de las cuales fue
Helen Takahama, que más tarde adoptaría la identidad de
Jolt y se uniría a los
Thunderbolts. Aunque, irónicamente,
este equipo estaba formado por villanos liderados por el barón Zemo, que se hacían pasar por superhéroes tras la desaparición de los principales equipos,
eventualmente fueron a detener al propio Zola.
Relegado una vez más a actos poco relevantes, no sería hasta unos años después que participaría en uno de los sucesos más terribles de la era moderna. Aliado con Cráneo Rojo y el doctor Fausto, secuestraron a la agente Sharon Carter y le lavaron el cerebro, para que fuera su instrumento en el asesinato de Steve Rogers. No teniendo suficiente con esto, Zola descubrió que Sharon estaba embarazada con el hijo de Steve, con lo que encerrándola en la Fundación Kronas la sometió a una serie de terribles experimentos que la provocaron un aborto. Consumida por la venganza, Sharon logró escapar y asesinó a Cráneo Rojo, pero Zola transfirió su consciencia a un cuerpo robótico similar al suyo.
Por supuesto, el Capitán América no había muerto realmente, sino que estaba desplazado temporalmente y el objetivo final de Cráneo era implantar su propia consciencia en el cuerpo de Steve. Para ello Zola utilizó la máquina del tiempo del Doctor Muerte con la que trajo al Capi de vuelta al presente. El plan salió mal y Steve Rogers logró imponerse en el conflicto.
Más tarde su pasado regresaría para vengarse de Zola. Un anciano holandés, único superviviente del pueblo que convirtió en monstruos consiguió encontrar la Lanza del Destino, un artefacto de tremendo poder místico. Utilizando la lanza, selló un pacto con la entidad primigenia de otra dimensión conocida como Shuma-Gorath, para traer de vuelta a su pueblo tal y como era. Concedido su deseo, también retornaron las fuerzas nazis lideradas por Zola, deseando repetir el proceso. Una vez más fueron detenidos por los Invasores, que salvaron a la gente del pueblo y cuando el anciano se disponía a romper su pacto con la entidad, fue asesinado por Zola que se apoderó de la Lanza. Finalmente, los héroes lograron obtener la lanza con la que hirieron al ser, que se vio obligado a regresar a su dimensión.
Tiempo después, Zola huyó a otra dimensión, que pasaría a ser conocida como la Dimensión Z. Allí gobernó de manera absoluta, poblándola con sus creaciones. En esta dimensión el tiempo avanzaba muchísimo más rápido que en la Tierra, con lo que Zola pudo disponer de todo lo que deseaba, creando una gigantesca fortaleza y llamando a esta tierra Zolandia (sí, habéis oído bien…). Eventualmente el Capi encontró a Zola y descubrió sus planes para crear un ejercito de mutados con el que conquistar la Tierra. Viéndose superado y obligado a huir, Steve rescató un niño creado por Zola.
El Capi se vio atrapado durante una década en esa dimensión, durante la que crio al niño como a su propio hijo, con el nombre de Ian Rogers. Aliados con una raza pacifica que habitaba aquella tierra y que había sido esclavizada por Zola, provocaron una rebelión contra las fuerzas del científico, lideradas por su hija, Azabache. La rebelión fue detenida por un clon mutado de Steve, que había adoptado el nombre de Capitán Zolandia (una vez más, sí, habéis oído bien).
Durante la incursión, Ian fue capturado y Zola le lavó el cerebro y le controló mentalmente para aceptarle como su padre de nuevo. La llegada de Sharon Carter a la dimensión Z trastocó los planes de Zola, permitiendo al Capi huir junto a la reformada Azabache. A cambio, Sharon se sacrificó para destruir a Zola y su fortaleza, después de disparar a Ian pensando que era un peligro para Steve.
Sin embargo, éste no fue el final del villano, que años más tarde abrió un portal a Nueva York, liderando una invasión como parte de un plan de Cráneo Rojo. Junto a él regresaron también una envejecida Sharon al lado de Ian.
Lo siguiente que se supo del villano, como no podría ser de otra forma, fue durante el ascenso de Hydra después de que Kobik, el cubo cósmico con consciencia y forma de niña reescribiera la historia de Steve Rogers y le convirtiera en un agente infiltrado de la organización terrorista. Dado que recientemente Cráneo Rojo había decidido liderar la organización, que hasta entonces no había tenido nada que ver con él sino con su aliado el Barón Wolfang Von Strucker, Zola fue llamado para formar parte del alto consejo de Hydra. Durante el golpe de estado, Zola acudió con una fuerza invasora al país de Wakanda, para recuperar un fragmento de Kobik, pero fue rechazado y hasta ahora no se ha vuelto a saber de él, aunque sin duda se encontrará maquinando su siguiente plan.